El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y remanentes del Cártel de los Arellano Félix tejieron una alianza en Tijuana, en el estado fronterizo de Baja California, para desplazar al Cártel de Sinaloa y apropiare de la plaza en medio de una ola de violencia que deja un promedio de 200 muertes al mes, reveló una investigación periodística.
En medio de esta guerra los sicarios se sienten fortalecidos ante las fuerzas del orden a las que han lanzado advertencias para que no los persigan "si no me meto con ustedes, ustedes no se metan conmigo", dijo un sicario citado por el semanario local Zeta.
En Tijuana se ubican las garitas de San Isidro y Otay, a través de las cuales se puede llegar a importantes destinos de California como Los Ángeles, San Diego y San Francisco.
Información del Colegio de la Frontera Norte (Colef) destaca que la ciudad ha sido el cruce de aproximadamente el 60% de la marihuana, cocaína y metanfetamina que llegó a Estados Unidos en los últimos 15 o 20 años.
Al ser una de las rutas más seguras para el narcotráfico, el grupo que controla la plaza puede cobrar una especie de renta a quienes quieren transportar la droga por este cruce.
"Los meses de abril y marzo de 2018 han superado la barrera de los 200 asesinatos mensuales en Tijuana, las 24 horas transcurridas entre el 12 y el 13 de junio acumularon 16 víctimas de homicidios violentos, el mayor número de ejecuciones cometidas en un día en Baja California en lo que va del año", publicó Zeta.
Hasta el 14 de junio por la mañana, Baja California registraba 1.343 homicidios, de los cuáles 1.077 se había cometido en Tijuana.


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