Vive en cualquier lugar donde le agarre la noche y para mantenerse, diariamente sale a las calles con su triciclo a recoger botellas para venderlas.
Asà son los dÃas de Ambrosio FermÃn, un señor de 81 años de edad y padre de tres hijos, quien dijo que su mayor regalo es tener donde acomodarse con dignidad.
Sus fuerzas se resisten a empujar el triciclo, pero la mayor dificultad es la enorme hernia que agrandó sus testÃculos hasta las rodillas.
Hace un par de semanas se alojó en una obra en construcción del residencial José Francisco Peña Gómez Primero de esta provincia, donde tiene el suelo como cama, su almohada son trapos sucios y come con sus dedos.
Cuando el equipo de reporteros llegó a su espacio, los invitó a sentarse, pero luego dijo, “verdad que aquà no hay sillas, pero siéntese aquÃ, en esta cajita de madera”.
Contó que ayer comió arroz blanco con auyama que él mismo preparó en un fogón, pero para no pasar hambre, guardó un poco para la cena.
“Hoy yo no tenÃa un solo peso arriba y cogà una libra de arroz fiado en el colmado. Ya debo 60 pesos en un colmado, 100 en otro y a una señora le cogà 50. Eso es mucha deuda para mÔ, dijo FermÃn.
No hay comentarios:
Publicar un comentario